lunes, 11 de agosto de 2008

Cronica de una muerte anunciada (poesia)

CRONICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA


El telefono gotea noticias,
yo me observo desde adentro,
y desde mi nueva conciencia,
investigo mi ser mas recondito.


Recondito, de tanto taparlo.
Cortezas, equipajes, mascaras.
Haber construido el ser en algo recondito,
es lo mismo que haber confiado en este amor,
que ciertamente, nacio muerto.


El amor es una causa,
y la emocion, el efecto.
La causa ni libera ni aprisiona,
ni calla ni otorga.
solo es eso, causa.


El efecto en cambio,
Se tiñe de oportunidades,
De deseos inconclusos,
De insatisfacciones inminentes.


No ama quien cree que,
libre de problemas,
vive una relacion mas plena.


No ama quien,
Testigo de lo intenso de su efecto,
Le da a este la connotación de lo puro.


Ama, quien solo encontro la causa.
La causa que trae dentro el efecto,
no como consecuencia,
sino como el todo.


Ama quien se encontro a si mismo.
Ama quien encontro que no hay causa y efecto.
Ama, el que encontro que solo hay…

La conquista (poesia)

LA CONQUISTA
Me armare de coraje y de valor
Y emprenderé el camino a esta batalla.
Dispondré de todas mis fuerzas
y daré el primer paso


Daré pelea sin tregua.
Entregare mi ser completo, todo,
hasta ver que mi deseo de conquista,
se materialice en mi presencia.


Finalmente, aplacare al ejército de tu resistencia.
Derrocare a tus dos generales vestidos de verde.
Paseare mis manos victoriosas por tus tierras suaves y onduladas
Y plantare bandera en el corazón de tu patria


Una vez dueño de ella,
La amare con pasión e incondicionalmente
La serviré, la honrare y la cuidare,
Hasta caer desvanecido ante la inevitabilidad de la muerte


Pero desde allí, emergerá lo esencial de esas almas,
Y desde la infinidad de lo eterno,
Reconfirmaran sus votos de amor.


Será entonces que terminaran de sellar la unión,
De lo que antes eran dos tierras separadas,Ahora devenidas en UNO

Vision del mundo actual

Lamentablemente en algún punto inicial de nuestra historia, los seres humanos, hemos cometido algunos errores básicos. Todas las cosas que hoy denominamos básicas, esenciales o primordiales, se alejan en gran medida de lo que en verdad es nuestra esencia. Hoy lo que esta enmarcado como, las reglas, las formas, el orden, las obligaciones, las metas y un sin fin de premisas que rigen nuestro existir, son factores imprescindibles e inapelables de la vida tal como la concebimos hoy. El problema aquí, es que todavía no nos damos cuenta que estas normas, casi convertidas en dogma por nosotros, son resultado de la transgiversacion del verdadero sentido de la vida y por supuesto, a tal efecto, estas son imperativamente necesarias. Lo más triste y a la vez aterrador, es que la visión de un mundo mejor, un mundo más justo, un lugar de comunión en donde los seres que lo habitan, comparten su propia existencia, conforma lo que llamamos una UTOPIA. Este mundo ideal, esa forma de existir, sin proyecciones, sin bien y mal, sin banderas, sin políticas, sin la necesidad de algo justo, sin la necesidad del orden, es lo que conforma nuestra esencia en su aspecto mas genuino. Habernos alejado de esta realidad, fue nuestro primer error básico.
Ahora claro, Todos nos preguntamos, que seria del mundo sin el progreso, sin algo por lo que luchar, sin las identidades, sin la necesidad de ser alguien en la vida. Hoy, esa respuesta, no puede sugerir más que una ilusión, fantasía o incertidumbre. Lo que si podemos hacer, es una lectura de cómo es el mundo que si contiene todas estas premisas, que claro, nosotros mismos construimos.
A lo largo de nuestra historia hemos ido en contra del instinto mas básico, que es el de supervivencia y el de perpetuar la especie, exterminándonos unos a otros en la ambición de mas tierras y lo que es peor, considerando que ocurrió mas tarde en nuestra historia, a causa de defender una bandera, una patria. Alimentando nuestras creencias, hemos inventado religiones que trajeron más muerte, separación y diferenciación entre nosotros. Invertimos tiempo, sacrificio y dinero, (a veces a costa de nuestros recursos) en curar las enfermedades que año a año vamos creando. Con la tecnología y el progreso, introdujimos el concepto cada vez más fuerte de lo obsoleto. Gracias a esto, también podemos seguir con nuestro exterminio de forma más precisa y con más alcance.
Por otro lado, también el progreso nos trajo más confort, nos permitió estar más comunicados y nos ayuda a llegar más rápido a nuestros destinos. Desafortunadamente, no nos damos cuenta que cada vez tenemos menos cosas importantes que comunicarnos. Nuestros destinos, a los que queremos llegar ya, son cada vez más inciertos y conforman un fin que siempre existe en el futuro, quitándonos el goce de lo que ocurre en el momento presente. Nos volvemos locos por alcanzar el confort para una vida que analizándola hoy por hoy, pareciera ser aburrida, vacía, llena de obligaciones, responsabilidades, deberes y demás. El confort, las comodidades, las facilidades y todo eso parecen estar cada vez mas al servicio de la nada, y esto tiene una razón de ser.
Hemos perdido la inocencia, el amor propio y el amor por los demás. Nos alejamos profundamente de la alegría y el júbilo que representa estar vivos. Ante todo, perdimos la conciencia, que es lo que en primer medida nos alejo de nuestra esencia.
Me gustaría para cerrar, invitar a una reflexión. Si estuviéramos en el inicio de la humanidad y pudiéramos imaginar en ese entonces, el mundo tal como lo construimos hoy:

¿CUAL SERIA LA UTOPIA?

El destino

Utopía, sugestión, fantasía, idealismo, son todos términos al servicio de negar lo innegable. ¿Hasta cuando nos veremos presos de la jaula que nos hemos construido? Los posibles mundos que tildamos de utópicos, las sensaciones y vivencias que los escépticos califican de sugestiones, todas son realidades potenciales que nuestra ceguera no nos permite ver.
Nos encanta jugar a las victimas que viven en un mundo injusto, nos encanta buscarle un sentido a la vida. No nos podemos desembarazar del concepto, de que vivimos en una realidad que existe, sin nuestra intervención. Presos de nuestra ceguera, creemos no tener ninguna responsabilidad de lo que sucede alrededor. Ni siquiera nos sentimos dueños de nosotros mismos. Nos dejamos manipular por nuestras emociones, por nuestros preconceptos y por nuestro condicionamiento. Buscamos respuestas, o nos lanzamos al vacio de rendirnos a lo único que no hay que rendirse, aquello que, “creemos” que es.
¿Y todo esto porque? Por el miedo. Es paradójico, pero hemos ensayado miles de modelos económicos, desarrollamos muchísimas tecnologías, Hemos construido un montón de identidades, Investigamos hasta el cansancio. Hemos expresado infinidad de deseos y sentimientos. El resultado fueron, hambre, guerras, corrupción, desigualdades y separación.
¿Y que hemos confirmado? ¿Qué resultado obtuvimos? Nada. Seguimos en la total incertidumbre. ¿Y que hemos generado? Más miedo. Entonces el interrogante es, ¿miedo a que? Miedo a abandonar la ilusión. Miedo a deshacernos de la idea ridícula, de que vivimos en un mundo que no podemos cambiar. Miedo a asumir el único compromiso que no asumimos nunca los seres humanos. Asumir que el mundo es lo que nosotros queremos que sea. El mundo es un barco cuya inmensa tripulación, es negligente, ignorante y temerosa, donde todos se miran entre si, buscando al capitán, al responsable del timón, del destino. El capitán, somos todos los miembros de la tripulación. Hasta no tomar conciencia de esto, seguiremos a la merced de un océano sin reglas. Tomando el timón, le damos dirección y sentido a todo esto, que no tiene más razón, que seguir el curso natural de la evolución.
¿Donde esta la prueba? En la evolución misma, en la naturaleza, en lo que es. Cuando nació el mundo, nada era como es hoy. Sin embargo, el paso del tiempo, la adaptación, y la búsqueda, fue desarrollando nuevas especies y nuevas realidades. ¿Que hubiera sucedido si esas primeras especies, nunca hubieran salido del agua? ¿Que hubiera sido si aquellos primeros hombres, no se hubieran planteado, que más había en el mundo que los rodeaba? ¿Qué hubiera pasado si los hubiera paralizado el miedo? Nada de lo que procedió hasta hoy, hubiera existido.
Los seres humanos, ahora tenemos la responsabilidad de tomar conciencia en nuestras manos. ¿Cual? La de asumir el mando, ver que hay mas allá. ¿Y donde esta ese mas allá? En nuestro interior y en nuestra decisión de soltar los trajes, los conceptos, el drama, y la separación. Por que lo único que hace mover un coche es un conductor, y hasta ahora los humanos no queremos manejar el coche de nuestra especie, seguimos inertes mirando por la ventanilla…
La evolución es clara y tiene dos caminos, evolución o muerte. Creo que entonces solo queda un interrogante, ¿Cuál será nuestra opción?

Trabajo y conviccion

Todos los seres humanos, sin importar ninguna condición y situación en la que se encuentren, tienen en su vida el potencial otorgado por el simple hecho de ser humanos. El potencial que tenemos, es infinito e inagotable y se expande constantemente. Este, no radica en lo que la mente cree, ya que solo la experiencia de un logro prueba que algo es posible. Es entonces que cualquier situación, suceso y objetivo, es improbable hasta poder experimentarlo. Empero, nuestras proyecciones tienen un margen de error muy grande.
Se puede decir a ciencia cierta, y es algo que experimentamos diariamente, que a lo largo de nuestra vida, se dan muchas cosas que no creemos posibles hasta que suceden, o en el caso de una meta, cuando la logramos efectivamente. En la vida de nuestra raza, en nuestra evolución, encontramos una infinidad de cosas que para una época eran inimaginables, y que tiempo después, no solo se pudieron pensar sino que fueron concretadas. Por eso, es que creo que tenemos a nuestra disposición, el potencial de desarrollar cualquier cosa en la que podamos soñar o imaginar. Es así de simple, si lo podemos imaginar en nuestra mente, ¿Cómo no habría de ser posible? En últimas, lo humanamente imposible seria algo en lo que no podríamos pensar, con lo cual, ni siquiera lo podríamos conocer. De ahí parte la conclusión, de que es ridículo hablar de lo imposible, ya que todo lo que podemos pensar es posible. En algún momento de nuestra existencia personal, o prolongada en los que nos proceden, cualquier cosa que ocurra en nuestra mente tiene el potencial de suceder.
Ahora, por otro lado, esto no significa que no haya ciertas condiciones necesarias para realizar cualquier logro. Por supuesto, no quisiera entrar en el terreno de lo mágico, ni mucho menos de la fantástico. Es mi opinión, que solamente hay dos cosas necesarias para alcanzar un objetivo. Estas son nada más y nada menos que, convicción y trabajo. Solamente teniendo la certeza y la confianza de que podemos lograr algo, abrimos la posibilidad de realizarlo. El que no confía en su objetivo, se reconoce incapaz de lograrlo, con lo cual por supuesto, ni siquiera intentara llevarlo a cabo.
De todas formas, la pura convicción, aunque primordial, no alcanza. Es necesario trabajar y sacrificarnos por nuestros logros. El empeño y la persistencia en nuestro trabajo, se transforman en la segunda llave que abre el cofre de nuestros objetivos. Es así que, convicción y trabajo son dos fuerzas que trabajan juntas y que son absolutamente complementarias e inseparables. Trabajo sin convicción es una perdida de tiempo, y creer en algo sin poner manos a la obra, es ilusión pura. Solamente juntando esos dos poderes, accedemos a la inefable y siempre creciente realidad de nuestro potencial.
Por otro lado, podemos pensar que la motivación juega un papel muy importante en nuestra labor. Por suerte, no hay ningún lugar más que de la convicción, de donde podamos extraer la motivación necesaria para encarar nuestro trabajo. El resto de las fuentes para la motivación, son efímeras, volátiles, o inciertas.
Por ultimo, creo que no debemos perdernos de algo esencial. Nuestro objetivo, debe estar planteado una sola vez, y es al comienzo del camino a realizarlo. Debemos entregarnos luego, a los vaivenes del camino, a sus extensos obstáculos, aciertos y fallos. Pero nuestro enfoque, tiene que estar pura y exclusivamente en cada paso que damos. Solo debemos procurar mantener nuestra convicción y nuestro trabajo. Poner la mente y el esfuerzo en algún otro lugar, no hace más que agregar dificultades y nos nublan el camino. Analizar nuestra travesía, calcular la distancia hasta nuestro destino, compararnos con el resultado de otros, medir nuestros frutos aparentes, no hacen más que traer ansiedad, frustraciones e incertidumbre. Por otro lado, generan un gasto de energía inmensamente valiosa. Es necesario abandonar el miedo, entregarnos al eterno fluir del camino y solo preocuparnos por dos cosas: CONVICCION Y TRABAJO.